Desde hace unos años que los sonidos electrónicos que cotidianamente nos rodean captaron mi atención intensamente. Su universo infinito de texturas sonoras internas cambiantes me inspiraron horas de investigación y exploración para mis composiciones y presentaciones en vivo.

Partiendo del "error" de la consola misma, conectando cables de entrada donde irían los de salida y sin agregar ningún instrumento externo, sino usando el propio circuito interno para generar los llamados "ruidos", trabajo en tiempo real de manera analógica. En la llamada era digital no es casual que utilice aparatos analógicos, sino que es el punto de partida hacia mi investigación de herramientas que van perdiendo fuerza en el mercado y uso profesional. Trabajando como si fuera un artesano sonoro, generando diferentes sonidos, modificando sus texturas por medio de ecualizaciones, trabajando de manera contrapuntistica por la sumatoria de varios canales, construyo el discurso y la forma musical.

El control minucioso del material sonoro y de los movimientos mecánicos del instrumento es parte fundamente de mi forma de trabajo, ya que el comportamiento de la consola es caótico y casi aleatorio, exigiendo un interprete atento a los cambios mínimos, evitando todos los movimientos bruscos posibles.